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Legitimación: componentes que potencian la carrera musical

La legitimación es el reconocimiento de un proyecto musical por los diferentes jugadores del ecosistema musical. El periodismo especializado, los tomadores de decisiones y la aceptación del público mediante el consumo forman una trilogía. Las partes de este triángulo se alimentan entre sí. Por ejemplo, si un periodista melómano descubre un artista y lo reseña, probablemente el promotor de un festival que siga a ese periodista se interese en ese proyecto. Cuando una banda es programada en un festival prestigioso, se observa que pronto comienza a ser invitada por otros festivales, lo que genera un movimiento incremental. Las redes de personas que toman decisiones en la industria de la música mantienen un contacto permanente entre sí para informarse, recomendarse y pedir referencias sobre los proyectos musicales. Si, como contrapartida, es el público el que legitima al apuntalar al artista, las otras dos partes pronto se estarán interesando. La legitimación del público es, en definitiva, el principal objetivo de la industria para generar un negocio de largo plazo. Un artista legitimado extiende su permanencia (y negocio) en el tiempo. La legitimación se construye a partir de la búsqueda activa de la autenticidad, la perseverancia y la final conquista del público.

Identificación con componentes populares

La conexión con “el barrio”, el uso del lenguaje popular, la fiesta y otros elementos tomados del acervo popular pueden lograr que ciertos artistas conecten directo con el público sin pasar por la anuencia de los agentes de la industria o los medios de comunicación. Finalmente, la industria los termina adoptando por la demanda que el propio público genera, basado en las escuchas de streaming, la cantidad de seguidores en plataformas sociales y la asistencia a los conciertos. Las redes sociales y el boca a boca son aquí el elemento de difusión por excelencia, y los propios seguidores son quienes logran conectar a sus círculos cercanos con el artista.

El artista como marca y sus productos

Para que en el largo plazo el proyecto se convierta en un negocio, el artista debe volverse una marca legitimada en el mercado y ser reconocida por el consumidor por su permanente actividad. Cuando el público adopta al artista (la marca), está dispuesto a consumir sus productos (escuchas en streaming, videos de Youtube, conciertos, merchandising), lo que incide directa e indirectamente en la generación de ingresos por shows, derechos de autor y conexos. La construcción de marca lleva un tiempo importante y puede insumir varios años de trabajo. El artista es no solo su emprendimiento, sino el representante de su propia marca.

<<Info>> El nombre de un artista como denominación de marca está sujeto a las leyes de marcas y patentes, que forman parte del universo de la propiedad industrial. Si quieres registrar el nombre de tu proyecto, debes dirigirte a una oficina de registro de marcas y patentes. También hay abogados expertos que te pueden asesorar en el tema.

Asociaciones de nombres

Si un actor reconocido y legitimado en la industria se asocia a un proyecto musical o lo promueve, de alguna manera está colaborando con su legitimación. Por ejemplo, cuando un festival reconocido anuncia su programación, todos los artistas incluidos en el cartel están asociando sus marcas a la del festival y entre ellas a su vez. Por esto, tocar en el mismo escenario que un grupo prestigioso transfiere prestigio al proyecto. Si en la producción del disco trabaja un productor artístico de reputación que ha colaborado con grupos exitosos, de alguna manera está transfiriendo una promesa de éxito a esa grabación. Cuando un artista legitimado y reconocido invita a un artista nuevo a abrir sus conciertos, le está dando un voto de confianza para que su público le preste atención. Este mecanismo es muy importante para ir creciendo en la carrera musical y lograr legitimación. Las recomendaciones y la validación entre pares de proyectos musicales es una moneda de uso corriente en la industria de la música.

Autenticidad

Un proyecto que trabaja en la búsqueda creativa de su propia identidad tiene más chances de perdurar, cosa que finalmente conduce a la legitimación en el tiempo. El parecerse a sí mismo es un proceso de búsqueda que lleva su proceso, pero es más sólido que intentar ser lo que uno no es, solo por conseguir un rédito inmediato. Si bien hoy es imposible no partir de referencias conocidas, la experimentación para encontrar un sonido propio y una estética musical es importante para tener un espacio reconocido en el ecosistema musical. Cuando tú como artista encuentras tu identidad y suenas a ti mismo, logras un hito fundamental en tu carrera.

Finalmente, trabajar en una industria basada en personas requiere de la construcción de confianza, y eso lo provoca el relacionamiento con un proyecto auténtico que tiene personas auténticas detrás. El público siempre está buscando en el artista algún reflejo propio, adhiriendo, a veces, más a los valores que el proyecto representa que a su propia música.

Tocar en festivales

Si bien existen diferentes concepciones de festival, aquellos que se han legitimado debido a su calidad, visibilidad y criterio en la programación son grandes vitrinas e impulsores de artistas en desarrollo. Estar en su cartel es un aporte importante a la validación de un proyecto musical. En general, los tomadores de decisiones de la industria están pendientes de la programación de ciertos festivales para descubrir nuevos talentos.

Permanencia: creación, producción y circulación continua

No alcanza con ser único y distinto, hay que mostrarlo. En la industria musical, la ventana de oportunidad para cada artista es efímera, por lo que, una vez que uno logra encontrar un circuito, debe alimentarlo creando y difundiendo constantemente. Esto se hace generando ciclos permanentes entre lanzamiento de nuevo material, comunicación, prensa y giras de conciertos. El público es cada vez más disperso, así que estar presente es una condición indispensable para la aceptación en el tiempo. La permanencia requiere de una promoción constante del artista y sus productos (canciones grabadas, conciertos, merchandising). El movimiento incluye medios de comunicación a través de acciones de prensa, el pago de publicidad en las redes sociales, conciertos en vivo, la recomendación entre fans y la recomendación entre agentes de la industria musical. Un responsable directo de mantener estas conexiones activas es, sin dudas, el mánager musical.

 

 

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